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Publicado: 04/21/2024

DOI: https://doi.org/10.58994/adopa.v2i1.28

Editorial

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1.
Acevedo Saladín RM. Editorial. ADOPA. 2024;2(1):3-5. Disponible en: http://adopa.pediatriadominicana.org/index.php/adopa/article/view/28

Resumen

En los últimos años, el dengue ha sido una preocupación creciente en muchas partes del mundo. Es una enfermedad viral desafiante e impredecible, transmitida por mosquitos del género Aedes y representa una amenaza significativa para la salud pública, con millones de personas afectadas anualmente. Aunque en general se caracteriza por síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y erupciones cutáneas, el momento y la duración de sus manifestaciones clínicas han variado, así como también su expansión geográfica. En casos graves puede llevar a complicaciones potencialmente mortales.

En la región de las Américas, el 2023 comenzó con una alta transmisión de dengue; para el mes de julio, ya habían sido notificados casi 3 000 000 de afectados y el año terminó con el mayor registro de casos de todos los tiempos, según datos emitidos el 26 de marzo de 2024 por el Viceministerio de Salud Colectiva, Dirección de Epidemiología de República Dominicana. En el 2024 continuamos con una alta y sostenida transmisión de dengue, tanto que si comparamos este período con el mismo del año pasado se observa un incremento de un 157 %, ascendiendo hasta un 225 % en relación con los últimos cinco años.

En la República Dominicana, el dengue es una enfermedad endémica con un comportamiento epidémico entre cada 3 y 5 años. Todos los grupos etarios pueden verse afectados, sin embargo, en la población de 4 a 19 años se reporta la mayoría de los casos.

Ante esta situación epidemiológica consideramos más que oportuno, necesario, dedicar este espacio a la prevención del dengue, destacando la importancia de la concienciación y las medidas preventivas, abordando diferentes enfoques, fuerzas y estrategias.

Sabemos que la responsabilidad de su control es compartida y que requiere de un enfoque que integre a gobiernos, organizaciones de salud, comunidades, así como a cada uno de los individuos que las componen. Todos de acuerdo en que la prevención es la mejor estrategia para enfrentarlo, conscientes de que para evitar su propagación es tan importante la eliminación de los criaderos de mosquitos como evitar sus picaduras, y de que la difusión de información precisa juega un papel protagónico.

Cuando hablamos de métodos efectivos para prevenir el dengue se impone la necesidad de eliminar los criaderos de mosquitos en nuestros hogares y entornos cercanos, desechando agua estancada en recipientes, neumáticos viejos, floreros y otros objetos que puedan convertirse en lugares ideales para que los mosquitos depositen sus huevos, además del uso de agentes químicos en el agua almacenada para reducir la población de mosquitos y, por tanto, el riesgo de transmisión. También juegan un rol significativo, la implementación de medidas de protección para reducir el riesgo de picaduras y la vacunación.

Sin embargo, aun llevando a cabo todas estas intervenciones, la prevención del dengue solo tiene la posibilidad de ser exitosa, si a las acciones individuales se suma la concienciación colectiva, llevada a cabo a través de campañas intersectoriales en escuelas, universidades, comunidades y medios de comunicación masivos durante todo el año. Es fundamental informar y educar de manera constante a la comunidad sobre cómo proceder ante la presencia de síntomas y establecer que su participación puede marcar la diferencia.

En este mismo sentido, han sido exploradas otras opciones; una de ellas es la idea de infectar los mosquitos Aedes con la bacteria Wolbachia para controlar la propagación de esta patología; es un enfoque prometedor que ha sido objeto de investigación y de pruebas exitosas en varios países, incluidos algunos de nuestro continente, como Brasil, México, Colombia y, recientemente, Honduras.

Wolbachia es una bacteria intracelular que se encuentra naturalmente en muchos insectos, pero por lo general no está presente en los mosquitos Aedes aegypti, que son los principales vectores del dengue. Se ha descubierto que la infección de los mosquitos Aedes con Wolbachia tiene el potencial de reducir la capacidad para transmitir esta enfermedad a los seres humanos. Cuando los mosquitos Aedes son infectados, la bacteria se propaga en sus poblaciones a través de la reproducción. Los machos y hembras infectados pueden aparearse con los no infectados, pero los huevos resultantes generalmente no eclosionan o los zancudos jóvenes mueren antes de llegar a la edad adulta, reduciéndose así su cantidad en la población y, por ende, disminuyendo la propagación del dengue.

Los ensayos de liberación de mosquitos infectados con Wolbachia en áreas seleccionadas han mostrado resultados prometedores en la reducción de la transmisión. Al reducir la población de mosquitos Aedes y su capacidad para transmitir el virus, se espera que esta estrategia contribuya a controlar y prevenir brotes. No obstante, es importante tener en cuenta que la liberación de mosquitos infectados con Wolbachia no es una solución única para controlar el dengue y que, en caso de ser considerada, sería como parte de una estrategia que incluya medidas de prevención y control adicionales como las ya expuestas.

Continuamos en una situación epidemiológica de riesgo, no podemos bajar la guardia. La prevención del dengue exige un esfuerzo conjunto porque es una responsabilidad compartida, una tarea constante y no solo en los momentos de caos.

Cada uno de nosotros juega un papel fundamental. ¡Juntos podemos prevenir el dengue y construir una comunidad más saludable y segura!

Abstract

En los últimos años, el dengue ha sido una preocupación creciente en muchas partes del mundo. Es una enfermedad viral desafiante e impredecible, transmitida por mosquitos del género Aedes y representa una amenaza significativa para la salud pública, con millones de personas afectadas anualmente. Aunque en general se caracteriza por síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y erupciones cutáneas, el momento y la duración de sus manifestaciones clínicas han variado, así como también su expansión geográfica. En casos graves puede llevar a complicaciones potencialmente mortales.

En la región de las Américas, el 2023 comenzó con una alta transmisión de dengue; para el mes de julio, ya habían sido notificados casi 3 000 000 de afectados y el año terminó con el mayor registro de casos de todos los tiempos, según datos emitidos el 26 de marzo de 2024 por el Viceministerio de Salud Colectiva, Dirección de Epidemiología de República Dominicana. En el 2024 continuamos con una alta y sostenida transmisión de dengue, tanto que si comparamos este período con el mismo del año pasado se observa un incremento de un 157 %, ascendiendo hasta un 225 % en relación con los últimos cinco años.

En la República Dominicana, el dengue es una enfermedad endémica con un comportamiento epidémico entre cada 3 y 5 años. Todos los grupos etarios pueden verse afectados, sin embargo, en la población de 4 a 19 años se reporta la mayoría de los casos.

Ante esta situación epidemiológica consideramos más que oportuno, necesario, dedicar este espacio a la prevención del dengue, destacando la importancia de la concienciación y las medidas preventivas, abordando diferentes enfoques, fuerzas y estrategias.

Sabemos que la responsabilidad de su control es compartida y que requiere de un enfoque que integre a gobiernos, organizaciones de salud, comunidades, así como a cada uno de los individuos que las componen. Todos de acuerdo en que la prevención es la mejor estrategia para enfrentarlo, conscientes de que para evitar su propagación es tan importante la eliminación de los criaderos de mosquitos como evitar sus picaduras, y de que la difusión de información precisa juega un papel protagónico.

Cuando hablamos de métodos efectivos para prevenir el dengue se impone la necesidad de eliminar los criaderos de mosquitos en nuestros hogares y entornos cercanos, desechando agua estancada en recipientes, neumáticos viejos, floreros y otros objetos que puedan convertirse en lugares ideales para que los mosquitos depositen sus huevos, además del uso de agentes químicos en el agua almacenada para reducir la población de mosquitos y, por tanto, el riesgo de transmisión. También juegan un rol significativo, la implementación de medidas de protección para reducir el riesgo de picaduras y la vacunación.

Sin embargo, aun llevando a cabo todas estas intervenciones, la prevención del dengue solo tiene la posibilidad de ser exitosa, si a las acciones individuales se suma la concienciación colectiva, llevada a cabo a través de campañas intersectoriales en escuelas, universidades, comunidades y medios de comunicación masivos durante todo el año. Es fundamental informar y educar de manera constante a la comunidad sobre cómo proceder ante la presencia de síntomas y establecer que su participación puede marcar la diferencia.

En este mismo sentido, han sido exploradas otras opciones; una de ellas es la idea de infectar los mosquitos Aedes con la bacteria Wolbachia para controlar la propagación de esta patología; es un enfoque prometedor que ha sido objeto de investigación y de pruebas exitosas en varios países, incluidos algunos de nuestro continente, como Brasil, México, Colombia y, recientemente, Honduras.

Wolbachia es una bacteria intracelular que se encuentra naturalmente en muchos insectos, pero por lo general no está presente en los mosquitos Aedes aegypti, que son los principales vectores del dengue. Se ha descubierto que la infección de los mosquitos Aedes con Wolbachia tiene el potencial de reducir la capacidad para transmitir esta enfermedad a los seres humanos. Cuando los mosquitos Aedes son infectados, la bacteria se propaga en sus poblaciones a través de la reproducción. Los machos y hembras infectados pueden aparearse con los no infectados, pero los huevos resultantes generalmente no eclosionan o los zancudos jóvenes mueren antes de llegar a la edad adulta, reduciéndose así su cantidad en la población y, por ende, disminuyendo la propagación del dengue.

Los ensayos de liberación de mosquitos infectados con Wolbachia en áreas seleccionadas han mostrado resultados prometedores en la reducción de la transmisión. Al reducir la población de mosquitos Aedes y su capacidad para transmitir el virus, se espera que esta estrategia contribuya a controlar y prevenir brotes. No obstante, es importante tener en cuenta que la liberación de mosquitos infectados con Wolbachia no es una solución única para controlar el dengue y que, en caso de ser considerada, sería como parte de una estrategia que incluya medidas de prevención y control adicionales como las ya expuestas.

Continuamos en una situación epidemiológica de riesgo, no podemos bajar la guardia. La prevención del dengue exige un esfuerzo conjunto porque es una responsabilidad compartida, una tarea constante y no solo en los momentos de caos.

Cada uno de nosotros juega un papel fundamental. ¡Juntos podemos prevenir el dengue y construir una comunidad más saludable y segura!

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