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Publicado: 07/21/2023

DOI: https://doi.org/10.58994/adopa.v1i2.16

Carta al Editor Nuestra mortalidad neonatal

Cómo citar

1.
Rodríguez Grullón JM. Carta al Editor Nuestra mortalidad neonatal. ADOPA. 2023;1(2):115-6. Disponible en: http://adopa.pediatriadominicana.org/index.php/adopa/article/view/17

Resumen

Recientemente se ventiló en los medios de comunicación una controversia sobre la mortalidad neonatal en el Hospital San Lorenzo de Los Mina, en Santo Domingo, República Dominicana, y que resultó en la cancelación de su director. Sin embargo, en esa polémica no se mencionó la situación de la mortalidad neonatal (aquella que ocurre en los primeros 30 días posteriores al nacimiento) a nivel nacional, y que debiera ser lo que nos preocupe, no solo lo que ocurre en un hospital; como si en el resto de los hospitales todo estuviera bien.

Para hacernos una idea de la situación de mortalidad neonatal, vamos a ver lo que ocurre en países cercanos al nuestro, con buenos sistemas de atención médica que consumen el 10 % aproximadamente del Producto Nacional Interno Bruto (PIB) de esos países.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Costa Rica, en el 2021 (no están aún disponibles las estadísticas del 2022), la mortalidad neonatal fue de 3.4 por mil nacidos vivos. En Cuba, para el año 2022 fue de 7.5 por mil nacidos vivos y en la Republica Dominicana, para el año 2022, fue de 15.6 por mil nacidos vivos.

Como vemos, estamos lejos de que a nivel nacional nuestros recién nacidos estén recibiendo una atención óptima y eso es lo que debiera preocuparnos, no solo lo que esté ocurriendo en un solo hospital.

El problema básico de nuestra atención médica es el bajo gasto en salud que en relación al PIB del país tenemos.

Según nuestra información, este no llega al 2 %, lejos del 10 % de países como Cuba, Canadá y Costa Rica, para mencionar algunos del continente.

En los Estados Unidos de América, a pesar de que tienen un gasto elevado en salud, que llega a un 18 % de su PIB, sus estadísticas son inferiores a las de los tres países señalados, Cuba, Canadá y Costa Rica, donde el sistema es estatal.

Confiamos que nuestros gobiernos aumenten su gasto en salud en relación con el PIB, para que no solo nuestra tasa de mortalidad neonatal mejore, sino todo el sistema en su conjunto brinde mejor atención a nuestro pueblo, que muy bien se lo merece.

Abstract

Recientemente se ventiló en los medios de comunicación una controversia sobre la mortalidad neonatal en el Hospital San Lorenzo de Los Mina, en Santo Domingo, República Dominicana, y que resultó en la cancelación de su director. Sin embargo, en esa polémica no se mencionó la situación de la mortalidad neonatal (aquella que ocurre en los primeros 30 días posteriores al nacimiento) a nivel nacional, y que debiera ser lo que nos preocupe, no solo lo que ocurre en un hospital; como si en el resto de los hospitales todo estuviera bien.

Para hacernos una idea de la situación de mortalidad neonatal, vamos a ver lo que ocurre en países cercanos al nuestro, con buenos sistemas de atención médica que consumen el 10 % aproximadamente del Producto Nacional Interno Bruto (PIB) de esos países.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Costa Rica, en el 2021 (no están aún disponibles las estadísticas del 2022), la mortalidad neonatal fue de 3.4 por mil nacidos vivos. En Cuba, para el año 2022 fue de 7.5 por mil nacidos vivos y en la Republica Dominicana, para el año 2022, fue de 15.6 por mil nacidos vivos.

Como vemos, estamos lejos de que a nivel nacional nuestros recién nacidos estén recibiendo una atención óptima y eso es lo que debiera preocuparnos, no solo lo que esté ocurriendo en un solo hospital.

El problema básico de nuestra atención médica es el bajo gasto en salud que en relación al PIB del país tenemos.

Según nuestra información, este no llega al 2 %, lejos del 10 % de países como Cuba, Canadá y Costa Rica, para mencionar algunos del continente.

En los Estados Unidos de América, a pesar de que tienen un gasto elevado en salud, que llega a un 18 % de su PIB, sus estadísticas son inferiores a las de los tres países señalados, Cuba, Canadá y Costa Rica, donde el sistema es estatal.

Confiamos que nuestros gobiernos aumenten su gasto en salud en relación con el PIB, para que no solo nuestra tasa de mortalidad neonatal mejore, sino todo el sistema en su conjunto brinde mejor atención a nuestro pueblo, que muy bien se lo merece.

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